Un día en la granja, los animales decidieron que uno de ellos fuese el presidente. Para ello, comenzaron las postulaciones. El gallo se proclamo a sí mismo:
“Yo soy el que ordeno al día salir y gracias a mi el hombre sale de su casa y nos atiente”.
Sin embargo no fue del agrado de muchos: “Gracias a ti, querrás decir, nuestra noche de descanso se acaba y el hombre muy temprano nos obliga a trabajar”
El cerdo quiso hacer su postulación pero no lo dejaron, pues pensaron que sólo servía para revolcarse en su chiquero.
A alguien se le ocurrió una gran idea.
Pensaron en el toro que es fuerte y de carácter firme; aunque es muy orgulloso. Él rechazó de inmediato la oferta, pero sí les dijo: el que elige por emoción siempre puede caer en un error.
Así pasaron lo postulantes: la cabra, las gallinas… Hasta que el burro postuló al caballo:
“Señores no hay mejor representante para nosotros que nuestro amigo el caballo, pues gracias a él, el hombre busca la medicina cuando la necesitamos, transporta la comida que requerimos y además es muy amigo de nuestro amo, por lo cual él les promete que eso nos puede favorecer muchísimo.
A todos les pareció bien la idea y desde ese día el caballo se convirtió en presidente y el burro en su ayudante asesor.
No obstante, con el pasar del tiempo, el caballo se olvidó de sus amigos quienes le escogieron.
Ya no pasaba tanto tiempo con ellos sino que orgulloso paseaba al hombre de un lado a otro. Se volvió altivo e insensible ante las necesidades de los demás.
Un día se cansaron de las atribuciones del burro quien no trabajaba como antes, por el contrario ahora son los bueyes son quienes tiran de la carreta y del arado, y ya no él como era la costumbre.
Además, cuando el hombre lo utiliza como transporte él va solo hasta donde quiere, pues cuando se cansa se echa y nadie lo levanta ni lo mueve.
Antes tales abusos los bueyes se cansaron y fueron donde el caballo. “Estoy ocupado. No tengo tiempo para atender sus asuntos. Yo soy la autoridad”, decía siempre que lo buscaban.
Decepcionados se sintieron engañados por que lo que les prometió fue solo eso promesas. Entonces el toro se acercó a la desilusionada asamblea y les dijo: “gracias a ustedes desde el caballo es presidente los burros tienen privilegios, los bueyes llevan la carga de todo y todos los demás obedecen”.
Fin
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